1. Pasear a pie en plena naturaleza
Angers, como todo el mundo sabe, es una ciudad verde. La naturaleza también está a las puertas de la ciudad, así que disfrútala y descubre los numerosos parques y jardinesde las comunas de los alrededores. El gran jardín de Pignerolle, al este de Angers, cuenta con unos amplios senderos y unos caminitos de sotobosque que te permitirán desentumecer las piernas y disfrutar de la vegetación. Más al norte, el parque André Delibes de Verrières-en-Anjou es ideal para dar un paseo a pie o en bicicleta, pudiendo escoger entre un recorrido más cómodo o uno más largo… ¡Lo que tú prefieras! Al oeste de la aglomeración, en el parque de la Guyonnière, podrás descansar al pie de unos grandes árboles e incluso participar en familia en un recorrido de orientación gratuito y permanente para descubrir estos árboles increíbles.
Al norte de Angers, pasa una mañana con toques feéricos a lo largo del Loir y, sobre todo, en las inmediaciones de L’Engrenage, el molino de Villevêque. Si no eres muy de mañanas, llévate un pícnic y haz una pausa relajada frente al molino, en la hierba. ¡Ambiente zen y relax garantizados! Podrás continuar a pie por las orillas del Loir.
Los curiosos y los amantes de la ornitología y la botánica podrán hacer una parada en la naturaleza para observar la fauna y la flora excepcionales de las orillas del Marais de Montreuil-Juigné, parte de Natura 2000 y situado en el corazón de los Bajos Valles Angevinos. El lugar, de acceso libre, ofrece puestos de observación con unas vistas magníficas sobre todo el pantano.
Hay un gran número de ideas de excursiones y rutas disponibles, todas ellas con itinerarios detallados.