¿A qué destino se dirige? Aunque el destino sea menos importante que el viaje en sí. Por supuesto, quizá prefiera no planificar nada de antemano y desviarse a su antojo. Por qué no… Sin embargo, es mejor tener una meta a la que aspirar. Mentalmente, el ejercicio es más interesante, sobre todo si es su primera experiencia.
Este destino final también determinará dos cosas: la distancia que hay que recorrer y el número de días que se tardará en llegar. Para algunos, 100 kilómetros serán una etapa corta de un día; para otros, un viaje de una semana. Lo importante está en otra parte.
Si es su primer viaje en bicicleta, no sea demasiado ambicioso. Apunte a una distancia acorde con lo que es capaz de recorrer. ¿Cuál es una distancia acorde? Es difícil de decir. Por ejemplo, puede ir in crescendo, con una primera etapa a 30 km, luego una segunda a 45, etc. La última etapa también debe ser razonable en cuanto a kilómetros, para no exigir demasiado a las piernas, que ya habrán trabajado bastante. Al elegir etapas cortas, de entre 30 y 50 km al día (o menos, o más), si aún le quedan energías una vez que llegue a su destino, entonces deje sus cosas (en un almacén de bicicletas, por ejemplo) y vaya a explorar los alrededores.